Los Alarcón en Granada

Los otros tres años restantes pondrían la simiente según los tercios estipulados. Se comprometen a sembrar cada año al menos 50 fanegas de trigo, si necesitan más lo comunicarán al dueño de las fincas. En este tiempo pagará el transporte de su parte Rodrigo de Avalos. Si por alguna circunstancia dejasen de sembrar alguno de los años lo harían al siguiente hasta cumplir la condición de los 4 años. Si es por negligencia de los mudéjares éstos pagarán la tercera parte. Se comprometen Ali Abenajara y sus compañeros a sembrar, curar la tierra y pagar la tercia parte cada año y entregarían el doble de lo estipulado si no cumplen estas cláusulas. Otros mudéjares llamados Mahoma Aben Çaylon, Yuça de Abençaylon, Abrayn el Marçeli, Ali Melique y Mahoma de Xaudari se obligan junto con los anteriores a que todo aquello se cumpliera. Por su parte Rodrigo de Avalos se compromete a respetar todas aquellas condiciones, entregará la simiente cada año y no se las quitará, si lo hace les pagará el doble. Actuaron de testigos Alonso de Castro, el intérprete Sancho de Alarcón, Alonso de Morales y Juan Continente, vecino de Baza. Cerca de estos lugares los Bobadilla adquirieron, posiblemente por compra, otros como la Torre de Roma y el alquería del Bordonal. La primera era también propiedad de la Corona nazarí antes de la conquista y la tuvo a comienzos del XVI un tal Martín de Alarcón33, la segunda es una alquería del Temple34, ambas están situadas al este y sur de Cijuela. Concretamente los Castellón poseían la escribanía mayor del cabildo de la ciudad45, y entre sus parientes contaban a los Rivera, los de aquel famoso abogado de la ciudad del Darro, cuya sangre, eso ya no es tan notorio, era de evidente origen hebreo46. Para ello, y sin reparo alguno, se inventa una ascendencia relevante; para Blas de Salazar esta familia vendría de Martín de Alarcón, conquistador del reino de Granada y primer alcaide de Modín, quien tendría de su esposa doña Teresa Ruiz de Aranda, natural de Alcalá la Real, a doña María de Carvajal y Aranda, esposa de Pedro de Castellón, “que higo su asiento en Granada”. Aquí se recurre simplemente a la falsedad. Ni Martín de Alarcón tuvo tal hija ni estuvo casado con esa señora, sino con doña Inés de Luján y Bracamonte y con doña Elvira de Mendoza47. Aún más, parece que esa doña Teresa no existió jamás, o al menos eso refiere la completísima historia de los Aranda alcalaínos48. Fuente: https://www.cehgr.es/granada/images/stories/revistas/CEHGR-009.pdf

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